Lectura del manifiesto en Málaga.
La protesta contra PRESVET y la nueva regulación sobre la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos tiene como fin hacer realidad las peticiones a favor de los profesionales, los animales y propietarios.
En el día de hoy se ha llevado a cabo un cierre simbólico de centros veterinarios en toda España. Los primeros en anunciar este cierre fueron los integrantes de la Asociación Malagueña de Veterinarios Especialistas en Animales de Compañía (Amveac), secundado por el Colegio Veterinario de Málaga y la Asociación Empresarial de Málaga, y a raíz de él se han ido sumando asociaciones, centros y colegios de distintas partes del país.
Durante el cierre convocado en la clínica veterinaria D'Vet situada en la calle Río Guadalmella 3, Málaga, se ha leído un manifiesto en el que han estado presentes Antonio Domínguez, presidente de Amveac; Juan Antonio de Luque, presidente del Colegio Veterinario de Málaga; y Jesús A. Gutiérrez, presidente de la asociación empresarial de veterinarios de Málaga
Dicho manifiesto ha dado a conocer la perspectiva del gremio acerca del impacto del Real Decreto 666/2023 en el ejercicio de la profesión, el cual regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios.
"La veterinaria es una actividad esencial en nuestra sociedad, asegurando nuestro acceso a alimentos sanos, tanto en los supermercados como en los establecimientos de restauración, controlando las enfermedades animales que pueden ser transmitidas a las personas y restableciendo la salud de aquellos animales que han llegado a ser parte de nuestras familias", han expuesto.
Continuando con que "todos los que formamos parte de la veterinaria lo hacemos con una gran vocación de servicio, asumiendo en muchas ocasiones un coste elevado tanto en lo personal como en lo familiar".
"Durante muchos años hemos asumido en silencio cargas inaceptables en pro del bien social. Hoy es el día en el que decimos ¡basta! Hoy nuestra voz es la de aquellos que no pueden soportar permanecer inactivos e impasibles ante las injusticias", han proseguido.
"Si es cierto que la atención sanitaria de calidad requiere que los usuarios puedan acceder a los tratamientos que la ciencia y la industria farmacéutica ponen a disposición de quienes los necesitan, ¿por qué en Andalucía la administración pública ha decidido limitar los medicamentos que pueden formar parte de los botiquines veterinarios, llegando incluso a impedir la inclusión de medicamentos tan esenciales como la adrenalina?", se han cuestionado.
Los veterinarios también se han preguntado porqué no se permite que los animales reciban todos los tratamientos en los Centros Sanitarios Veterinarios, que pueden garantizar que en todas las fases de diagnóstico, prescripción, entrega y control haya siempre un profesional cualificado, si los tratamientos farmacológicos prescritos por los veterinarios sufren en muchas ocasiones demoras por la dificultad de acceso a esos medicamentos, se dispensan en cantidades generalmente superiores a las realmente necesarias, los sobrantes son administrados a los animales sin control y ello puede contribuir a la creación de resistencias a los antibióticos.
"Si es cierto que la atención sanitaria veterinaria a los animales de compañía es un medio esencial de fomentar el bienestar físico, mental y social de las familias, y si es cierto que avanzamos como sociedad reconociendo a los animales sintientes un estatus superior al de los bienes materiales, ¿por qué sigue obstaculizándose a las familias el acceso a la sanidad veterinaria de los animales de compañía manteniendo artificialmente el IVA máximo que se puede aplicar a estos servicios sanitarios?", añadieron.
Asimismo, se preguntan por qué la legislación impone cargas administrativas excesivas y limitaciones del juicio clínico veterinario que dificultan la actividad veterinaria, encareciéndola innecesariamente, si supuestamente los veterinarios reciben una formación de calidad en España y su labor sanitaria no ha sido nunca objeto de sospecha.
Por las razones anteriores, han cerrado simbólicamente sus puertas "para mostrar que sin la veterinaria esta sociedad sería una sociedad peor, más insegura y más enferma. Los Centros Sanitarios Veterinarios son refugios de comprensión, tranquilidad y ayuda, y deben poder seguir siéndolo. Nuestra vocación sigue siendo la misma, servir a la humanidad a través de la salud de los animales".
Uno de los muchos centros que ha cerrado sus puertas este 11 de febrero.
Peticiones del gremio veterinario ante la obligación de la comunicación de la prescripción y el uso de antibióticos.
Una de las solicitudes de los veterinarios es la reforma de la normativa andaluza, con el fin de eliminar la actual limitación de suministro de los botiquines veterinarios, de modo que los animales de los andaluces puedan recibir en los Centros Sanitarios Veterinarios los tratamientos que necesiten sin demora.
También piden "la reforma de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, con el fin de que se permita que los clientes de los Centros Sanitarios Veterinarios y de clínica ambulante puedan recibir en el momento los medicamentos que precisen para completar los tratamientos de sus animales, de modo que se eviten demoras, se abaraten los tratamientos, se prevengan las automedicaciones y se luche más eficazmente contra las resistencias a los antibióticos".
De igual forma, demandan el tipo superreducido del IVA que grava a los servicios veterinarios, con el fin de reconocer la esencialidad de la sanidad animal, de modo que el acceso a estos servicios sea económicamente más accesible y, por tanto, más universal.
Concluyen con la solicitud de la derogación de la obligación de la comunicación de la prescripción y el uso de antibióticos en los animales de compañía y en los équidos no aptos para el consumo humano, ya que esta información se viene recogiendo por el proyecto ESUAVet (European Sales and Use of Antimicrobials for Veterinary Medicine) desde el año 2023, de modo que se eliminen cargas administrativas innecesarias que impliquen un encarecimiento de los servicios veterinarios.
Ver noticia original con sus detalles en: Diario Veterinario
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