El mundo refuerza el control de enfermedades agropecuarias.
Mientras el mundo observa con creciente atención los efectos del cambio climático sobre la producción agrícola, una batalla silenciosa se libra en paralelo: la del control de enfermedades en el sector agropecuario. Desde Estados Unidos hasta Hungría, pasando por Brasil y Centroamérica, los gobiernos y organismos internacionales redoblan esfuerzos para evitar brotes que amenacen no solo la economía rural, sino también la seguridad alimentaria global.
Vacunación masiva contra la gripe aviar en Estados Unidos
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) se prepara para lanzar un ambicioso programa de vacunación contra la gripe aviar altamente patógena (HPAI), que desde 2022 ha provocado la eliminación de más de 170 millones de aves en todo el país.
La estrategia contempla la administración de dosis sistemáticas —incluyendo refuerzos—, acompañadas de rigurosas inspecciones. El plan, que podría entrar en vigor en los próximos meses, destinaría más de 100 millones de dólares a investigación y producción de vacunas. Sin embargo, el proyecto no está exento de debate: algunos sectores industriales temen que los productos provenientes de animales vacunados enfrenten trabas comerciales en mercados internacionales.
El gusano barrenador vuelve al radar sanitario
Otra amenaza resurge en América: el gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax), un parásito que deposita sus larvas en animales vivos, causando lesiones profundas y costosos tratamientos. Ante su reciente avance en regiones del norte de México, el USDA ha anunciado la construcción de una planta en Texas para criar moscas estériles, con una inversión inicial de 8,5 millones de dólares.
Este método de control biológico —que consiste en liberar machos incapaces de reproducirse para frenar la población del parásito— será complementado con una inversión adicional de 21 millones de dólares en Centroamérica. Se trata de una estrategia probada desde hace décadas, que podría evitar la propagación del parásito hacia el sur de EE. UU.
Hungría contiene un brote histórico de fiebre aftosa
En Europa, Hungría ha logrado contener un brote de fiebre aftosa, el primero en más de cincuenta años. El episodio fue gestionado con rapidez: se sacrificaron animales infectados, se aplicaron protocolos de limpieza y se activó una vigilancia fronteriza estricta. Como resultado, la Unión Europea ha levantado las restricciones impuestas al comercio ganadero del país.
Este éxito sanitario no solo protege la economía húngara, sino que refuerza la imagen de la UE como bloque comprometido con la bioseguridad.
Brasil, cerca de recuperar el estatus “libre de gripe aviar”
En Sudamérica, Brasil ha comenzado el proceso para recuperar su estatus de “país libre de gripe aviar” tras completar la limpieza de las granjas afectadas y cumplir con las exigencias de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Si se valida su solicitud, el país podrá retomar sus exportaciones avícolas, una actividad clave en su balanza comercial.
Legislación, vigilancia y enfoque global: la respuesta estructural
Más allá de las respuestas puntuales, se fortalecen las bases estructurales para enfrentar enfermedades emergentes. En Estados Unidos avanza una propuesta legislativa conocida como Foreign Animal Disease Prevention, Surveillance and Rapid Response Act, destinada a crear bancos de vacunas, mejorar los laboratorios de diagnóstico y establecer sistemas de alerta temprana para enfermedades como la fiebre aftosa, la peste porcina africana o la gripe aviar.
En paralelo, organismos internacionales como la FAO y la OMSA insisten en la necesidad de adoptar el enfoque “One Health”, que reconoce la interdependencia entre la salud animal, la salud humana y el medio ambiente. La prevención de enfermedades zoonóticas —aquellas que pueden transmitirse de animales a humanos— ya no es solo una tarea veterinaria, sino una estrategia clave para evitar futuras pandemias.
El futuro del campo depende también de su salud
Las enfermedades animales ya no son eventos aislados. En un mundo interconectado, donde los productos agroalimentarios recorren continentes en pocas horas, un brote en una granja puede provocar pérdidas multimillonarias y alterar el suministro global.
La inversión en vacunas, vigilancia epidemiológica, biotecnología y cooperación internacional se presenta hoy como una garantía no solo para los ganaderos, sino para millones de personas cuyo bienestar depende de la salud del campo.
Noticia redactada por el equipo de GuiAgropecuaria
Redacción e investigación documental Enrique Alberto Martín-Caro Malavé
El control de enfermedades agropecuarias ya no se limita a una respuesta local. La interconexión de los mercados, el cambio climático y la presión sobre los ecosistemas hacen que cada brote tenga un impacto global. La combinación de ciencia, vigilancia epidemiológica y políticas públicas será clave para enfrentar los retos sanitarios del presente y del futuro.
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